Este anillo de aleación de acero, con un impresionante ámbar del mar Báltico, captura la esencia de lo eterno y ancestral. El ámbar, conocido como la “piedra de la eternidad”, posee propiedades místicas que promueven la serenidad y la conexión con el pasado. Sus tonos dorados y cálidos reflejan la luz como si encerraran recuerdos antiguos y secretos olvidados, evocando un sentimiento romántico y nostálgico. Ideal para aquellos que buscan una joya que simbolice la conexión con el tiempo, es un recordatorio de la belleza y la paz que reside en lo eterno.
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